Para que no te olvidase te acercaste a mí
desnuda, pero una desnudez que no conoce
la palabra descalza,
tampoco prisas, ni entiende cobarde.
La desnudez de la que hablo se parece más
a fuego, sí, compite con caricia.
Perdona la falta de precisión, la torpeza
con que escribo, pero no es sencillo limitar
abismo, darle forma y cuerpo a libre,
de más sabes que tu yo -que es antónimo de ego-
no habita en diccionario.
No entres en cólera si me olvido, por azar,
entrega, o si entre naufragio y marea,
recuerdo oasis y olvido, sin embargo, sed.
Tampoco si secreto pelea contra voz,
o si confundo -y ya lo sé, es por pura ignorancia-,
quizá, pelo con arpa,
ojos con noche, labios con frontera.
Para que no te olvidase estuvimos hablando
hasta que se agotaron las palabras,
después, usamos sílabas -tan sólo-,
y agotadas estas, por ser escasas,
incomprensiblemente escasas, amaneció.
Dijiste, entonces, mañana pero de tu boca
escuché noviembre, tu desnudez se hizo tacto,
y así, sumados latido con hambre,
inventaste nosotros, así, inventaste invierno.
Para que no te olvidase me ataste el zapato,
y tal vez, yo, preparara café,
después, con los nervios aún a medio vestir,
y la cicatriz intacta del beso en la frente,
te alejaste, sin siquiera saber,
que para no te olvidase, hizo falta,
si acaso, regalarme una sonrisa.
Los recuerdos son mentiras...
ResponderEliminarSupongo que depende de la naturaleza del recuerdo.
ResponderEliminarOlvidaste que no se puede olvidar...
ResponderEliminarLilith.
Salvador, me encanta la forma delicada con que nos guías por el amor y sus consecuencias. El riesgo del olvido, de la ausencia, de la presencia llamada a ser eterna, del gozo mientras existe...En este poema en concreto, la delicia la aportan esas palabras que ajenas a priori las unas de las otras, tan exquisitamente emparentas como metáforas sutiles al servicio del recuerdo.
ResponderEliminarEn fin, no soy crítica literaria ni mucho menos, pero para sentir un poema basta un corazón abierto a dar abrigo, y unas palabras que como flechas de cupido se le claven certeras.
Felicidades por tus poemas Salvador. Es un placer asistir a sus lecturas.
Recibe un abrazo desde Cádiz.