“Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rímel?
-Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.”
Eso era amor (Ángel González)
Me gustan tus ojos
Me gustan tus ojos porque son grandes,
y no hablo ni de escalas ni medidas,
simplemente, son grandes.
No es la forma, tampoco es el contorno,
ni son mayores por tamaño, ni desfiguran
tu rostro ocupando un espacio en él
exagerado. Tan sólo, tus ojos son grandes.
No son grandes por edad, pues son tremendamente
jóvenes, ni siquiera son grandes por perfectos,
aunque posean esa exactitud
verde capaz de silenciar las horas.
No son grandes por bellos,
ni lo son por hermosos -que sabes que lo son-,
no son grandes por ser inmensamente profundos,
ni tampoco por brillar como antorchas
en la noche, ni por que ellos sean mi pecado.
No, no son grandes por eso tampoco.
Digamos que acepto, y ni siquiera es porque encarnen
la inocencia, ni porque me baste, en el invierno,
un gesto tuyo para arropar el desconsuelo.
Me gustan tus ojos porque son grandes,
grandes porque se revelan sencillos,
porque no existe en ellos signo alguno
de ceniza, o de trinchera en tu pupila rota
-son tan grandes porque son netamente ligeros-.
Pero sobre todo, y muy por encima
de todas las cosas: de la inocencia,
del invierno, de la sencillez, la ligereza,
la ceniza, las trincheras, y quizá también
del desconsuelo, tus ojos son grandes,
porque, frente a ellos, yo soy un hombre
ridículamente pequeño.
Gracias a ti por tus palabras :)
ResponderEliminarPreciosa... Sin palabras!
ResponderEliminarMuchas gracias señor o señora anónimo/a. :)
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