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domingo, 12 de septiembre de 2010

Me gustan tus ojos

“Le comenté:
-Me entusiasma
n tus ojos.
Y
ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rímel?
-Grandes,
respondí sin dudar.
Y también
sin dudar
me los dejó en un plat
o y se fue a tientas.”

Eso era amor (Ángel González)


Me gustan tus ojos

Me gustan tus ojos porque son grandes,

y no hablo ni de escalas ni medidas,

simplemente, son grandes.


No es la forma, tampoco es el contorno,

ni son mayores por tamaño, ni desfiguran

tu rostro ocupando un espacio en él

exagerado. Tan sólo, tus ojos son grandes.


No son grandes por edad, pues son tremendamente

jóvenes, ni siquiera son grandes por perfectos,

aunque posean esa exactitud

verde capaz de silenciar las horas.

No son grandes por bellos,

ni lo son por hermosos -que sabes que lo son-,

no son grandes por ser inmensamente profundos,

ni tampoco por brillar como antorchas

en la noche, ni por que ellos sean mi pecado.

No, no son grandes por eso tampoco.


Digamos que acepto, y ni siquiera es porque encarnen

la inocencia, ni porque me baste, en el invierno,

un gesto tuyo para arropar el desconsuelo.

Me gustan tus ojos porque son grandes,

grandes porque se revelan sencillos,

porque no existe en ellos signo alguno

de ceniza, o de trinchera en tu pupila rota

-son tan grandes porque son netamente ligeros-.


Pero sobre todo, y muy por encima

de todas las cosas: de la inocencia,

del invierno, de la sencillez, la ligereza,

la ceniza, las trincheras, y quizá también

del desconsuelo, tus ojos son grandes,

porque, frente a ellos, yo soy un hombre

ridículamente pequeño.


4 comentarios:

  1. la belleza ha de ser admirada, pero también es responsabilidad del espectador verbalizar lo que le ocurre dentro cuando la descubre...


    por eso llego hasta aqui para dejar caer aunque sea una palabra : gracias

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  2. Preciosa... Sin palabras!

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  3. Muchas gracias señor o señora anónimo/a. :)

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